15 oct 2010

El Laberinto del Fauno (2006)

Película fantástica en sus dos lecturas, la segunda entrega del ciclo iniciado con El espinazo del diablo promete lirismo crudo y dos horas de entretenimiento con sustancia.


Título Original: El Laberinto del Fauno
Origen: México/España
Director: Gullermo del Toro



A modo de fábula cruel, este magnifico ejemplo de un género denostado se envuelve en poesía producto de la suma de metáforas y guiños. Acuciada desde una visión infantil, casi inexperta y por ello curiosa y atrevida, la fábula se aleja de lo idealizado para entrar en un decadente y obsoleto reino del que no debemos perder detalle.

Como un niño el director de la notable Cronos juega a engañarnos con tanto realismo que nos convence. Toma las claves de la fantasía sin que parezca que confecciona un traje a partir de retales. Cumple con el decálogo de normas y he aquí una muestra: salta de un lado a otro del espejo con soltura, cuenta con una pequeña guía temeraria y atrapa la oscuridad narrada en los límites de una identificable la primera posguerra española. Y no falta la ‘madrastra’, convertida en un malísimo militar.

Si ya convence en trabajos donde desaparece la marca de autor, en uno donde ha volcado tanto amor y terror, no podía fallar: exprime la belleza plástica de los aspectos más crudos y feos de la realidad paralela que no envidian a los del mundo real. A los dos lados hay sombras aunque no son las responsables de nuestros sustos: El honor está reservado a los personajes que sustentan la historia, tremendamente reales, y causantes de más miedo. Confía en 4 actores convincentes sacados de papeles habituales y concede visado a nuestra imaginación, que da para vincular monstruos mitológicos a fascistas. Ese ancla al mundo real es lo que más nos perturba de este cuento de hadas para adultos aunque una expresiva y joven actriz nos guíe entre tinieblas y decadencia.

Confesa su adoración por el estudio de la Guerra Civil, el cineasta también revela el influjo de Goya y su paleta de colores tétrica y angustiosa. Ha sido capaz de homenajear al de los desastres y pinturas negras y emparentarlo con el Kubrick de El resplandor, aunque es Dorothy, la del mundo de Oz, quien puede acabar descuartizada en un remoto bosque de la España fracturada de los años 40. Referentes no faltan, pero la maestría reside en que sean sólo nexos a nuestra cultura fílmica y literaria y no burdas copias.

El responsable de las comerciales Mimic y Hellboy da a los maquis la notoriedad que sólo otorgaron cineastas patrios como Julio Sánchez Valdés en Luna de lobos (a partir de la novela de Julio Llamazares) y Montxo Armendáriz en Silencio roto. Los guerrilleros reaparecen convertidos en sombras del bosque visitado por la niña especial que podría ser compañera de juegos de la Wendy amiga de Peter Pan, y Alicia, asidua al país de las maravillas.

Del Toro consigue recuperar esas hadas que existen sólo cuando eres niño. Las viste de malicia, emparentándolas con los malos oficiales que se inclinan a la derecha y nos hacen retorcer de angustia. Maniqueísmos consentidos a un lado, les invitamos a que entre al laberinto sin riesgo de perderse ya que es visible sólo para nosotros, que sabemos donde mirar siempre y cuando estemos guiados por el cicerone adecuado. Y Guillermo lo es.

*Fuente: http://contenidoscriticasdecine.blogspot.com/2006/10/crtica-el-laberinto-del-fauno.html

Sinopsis:

“El laberinto del fauno” nos sitúa en el año 1944, quinto año de paz, y cuenta el apasionante viaje de Ofelia (Ivana Baquero), una niña de 13 años que junto a su madre, Carmen (Ariadna Gil), convaleciente a causa de un avanzado estado de gestación, se traslada hasta un pequeño pueblo en el que se encuentra destacado Vidal (Sergi López), un cruel capitán del ejército franquista, nuevo marido de Carmen y por el que Ofelia no siente ningún afecto.

La misión de Vidal es acabar con los últimos vestigios de la resistencia republicana, escondida en los montes de la zona.

También ahí se halla el molino donde Vidal tiene su centro de operaciones; en él les aguardan Mercedes (Maribel Verdú), una joven que se encuentra a cargo de los demás miembros del servicio, y el doctor (Alex Angulo), que se hará cargo del delicado estado de salud de Carmen.

Una noche Ofelia descubre las ruinas de un laberinto donde se encuentra con un fauno (Doug Jones), una extraña criatura que le hace una increíble revelación: Ofelia es en realidad una princesa, última de su estirpe, a la que los suyos llevan mucho tiempo esperando. Para poder regresar a su mágico reino, la niña deberá enfrentarse a tres pruebas antes de la luna llena. En el transcurso de esta misión, fantasía y realidad se abrazan para dar rienda suelta a una maravillosa historia donde la magia que rodea a Ofelia nos transporta a un universo único, lleno de aventuras y cargado de emoción.


Críticas:


"Impresionante película. (...) Una gozada de trabajo." (Antonio Gasset: Días de cine)
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"Extraordinaria y cruel. (...) Una soberana lección de cine bien hecho y medido, en el que los excesos quedan siempre a buen resguardo bajo el paraguas de la fábula, y donde el director jamás hace trampa" (M. Torreiro: Diario El País)
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"Imaginativa e inquietante." (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
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"La potente imaginación del director (...) convierte la película en un constante estupor visual y en una trama llena de hechizo y pavor, sin que ninguna de las dos cosas sustituya a la otra. (...) Puntuación: **** (sobre 5)." (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
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"Un laberinto para perder el sentido. (...) no es sólo una película fantástica de factura deslumbrante e inagotable miga conceptual, sino que se trata del mejor trabajo hasta la fecha de su director." (Jordi Costa: Diario El País)
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